martes, 29 de octubre de 2013

El zorzal obeso y la ardilla albina


Érase una vez un zorzal muy glotón y antojadizo. Su temporada favorita era el verano porque podía disfrutar de las innumerables frutas del campo chileno (alias monocultivo).

En eso estaba este zorzal rechoncho, dándose un banquete de ciruelas cuando, por error, fue embalado en una caja y exportado a Canadá. Él ni cuenta se dio de lo embelesado que estaba engullendo ciruelas. El SAG tampoco se dio por enterado.

En Canadá no entendía el idioma, se perdía con frecuencia y sentía los mismos remordimientos de una bulímica luego de un atracón de postres y pizzas. 

En su vagabundeo errático por la ciudad llegó a un parque, igualito a como el se imaginaba el Central Park, después de verlo en la tele. 

Le bajó un poquito de nostalgia por el  Forestal, pero poquita nomás porque este estaba mucho mejor. En lugar del hediondo Mapocho había una laguna con cascada y en reemplazo de los guaranes infestos, elegantes patos rompían la tensión superficial del agua con ese aire de nada me importa, tan típico de ellos. 

En fin, en eso estaba sorprendiéndose por las novedades y tratando de hacer comparaciones con su mundo conocido cuando apareció una ardilla albina. 

La ardilla en su análisis atento y casi policíaco de todos los movimientos del parque había notado hace rato la presencia de este animal extranjero, lo cual le produjo mucha curiosidad. No era la primera vez que se enfrentaba a la presencia de sujetos venidos de otro mundo y ya estaba pseudo acostumbrada, pero este le produjo especial curiosidad por sus problemas de obesidad y lo melancólico que se veía. 

-¿Por qué esa cara de drama?- le preguntó.

- Es que vengo de muy lejos y me siento solo, no tengo amigos aquí. –respondió el zorzal obeso- ¿Quieres ser mi amigo? Te pago si quieres. 

La ardilla a pesar de ser muy neurótica era muy pragmática y le contestó: 

-Primero, los amigos no se compran, se cultivan, igual que las plantas. Segundo, si sientes nostalgia vuela a tu casa que para eso tienes la suerte de tener alas. 

Pero el zorzal en vez de valorar sus consejos se puso a llorar. Y entre los sorbeteos de los mocos iba soltando el drama. Es que estoy gordo... Y feo... Y así nadie me va a querer... Y no tengo la condición física para volar hasta Chile....incluso me salió una espinilla.... Y con mi colesterol tan alto seguro que me da un patatús en el vuelo...

- Parale ahí mejor será- lo paró en seco la ardilla- que problemas tenemos todos…

Continuará...

jueves, 4 de julio de 2013

Cosa de pingüinos




¿Y los pingüinos hablarán todo el tiempo del frío que hace?
¿Se quejarán por tener las patitas heladas?

jueves, 30 de mayo de 2013

Instrucciones para escribir un cuento


Advertencia:
No se necesitan capacidades especiales ni súper poderes de ningún tipo. Solo atrévase.

Pasos:
1-.
Manténgase muy atento a lo que ve a su alrededor; conversaciones entre dos desconocidos pueden ser un interesante material sobre el cual trabajar. La situación más cotidiana se puede convertir en toda una aventura si se la describe con las palabras adecuadas.

2-.
Seleccione una idea, imagen, ensoñación o frase. Repítala un par de veces en su mente y luego concéntrese en escuchar las ideas relacionadas que aparecerán en su cerebro.

3-.
Ordene todas estas ideal del modo que prefiera. Procure ser lo más ilustrativo posible, busque imágenes, ejemplos o metáforas que iluminen sus pensamientos, para que un posible lector pueda reproducir esas imágenes en su yo interno. No lo diga, muéstrelo.

4-.
No reprima su creatividad, déjela fluir y súbase al barco. No tenga miedo por no saber a dónde lo conducirá.

5-.
Una vez terminado el primer borrador revíselo y corríjalo hasta que sea completamente de su agrado.

6-.
Compártalo y verá lo gratificante que se siente cuando logra sacarle una sonrisa al lector.

Recomendaciones:
Sea breve, (no esté dando la lata).
La simpleza es un valor agregado.
La inspiración no llega sola, búsquela.

sábado, 25 de mayo de 2013

Cosas de palomas





Dicen que son sucias, que están llenas de infecciones, incluso, que son verdaderos ratones alados, que no debieran estar cerca de las personas para evitar riesgos de contagios. Cómo no van a ser sucias si habitan a ras de suelo, ese que nosotros alborotamos y basureamos. Pero la limpieza, como la suciedad, son temas relativos. A pesar de su mala fama, las palomas mantienen diarias rutinas higiénicas al igual que cualquier mortal. Claro que puede que se desconcentren en la mitad y no terminen el proceso.
No se puede discutir que se toman su tiempo para picotear entre sus plumas con una sorprendente habilidad para alcanzar cualquier rincón de su existencia. Con una notable flexibilidad, digna de sólidas posturas de yoga, se doblan para llegar a esos lugares difíciles ubicados al final de su cola. Pero el proceso de limpieza se interrumpe con facilidad por esos ougrhuuu ougrhuuu que emite la coqueta paloma vecina, que con una seductora indiferencia desconcentra al palomo en su limpieza y reordenamiento de plumas. Su voluntad es frágil y, a pesar que conoce el ritual a cabalidad, no duda en acudir al llamado de la conquista emitiendo sonoros ougrhuuu ougrhuuu, esperando tener suerte y suspirando algo así como “un ufff menos mal que alcancé a acicalarme las plumas más que sea”.  

lunes, 20 de mayo de 2013

Conversaciones de pajaritos


Una conversación entre una gaviota y el mar sería algo más o menos así: 
-Hola.
-Ola.
-Hola.
-Ola.
-Hola.
-Ola.

El contador de películas



Pero este es otro contador de películas, no como el de Rivera Letelier, y claro es que los tiempos han cambiado y los contadores de película no se han quedado al margen, todo lo contrario, se han adaptado a las nuevas necesidades de la población. El avance de la tarjeta de crédito ha logrado que ya no sea necesario reunirnos a ver películas, ni menos a escucharlas, porque ya prácticamente no queda una casa que no tenga una tele, y no cualquier tele, una tremenda tele con dvd, HD, full sound sorround. Y si por casualidad o convicción no hay una tele, hay un computador conectado a Cuevana. A pesar de tanto avance en dispositivos para ver películas nos encontramos con otro problema: no sabemos qué película elegir, cuál dejar cargando para ver más adelante. Es ahí donde entra el contador de películas que, como la mejor consejera Avon aparece en tu vida para hablarte como si fuese tu mejor amiga, y con una destreza sin igual te seduce contándote la sinopsis de los estrenos del momento. Pero no crean que esto es tan simple como redactar un simple comentario, no. Se necesita una habilidad única para transmitir la emoción del final pero sin anticipar nada de la historia y más aún, para lograr que a pesar de no tener ni uno le compres el estreno a luca en la micro.

domingo, 19 de mayo de 2013

Vida salvaje





Ahí, en ese espacio ubicado entre los huesos de la cadera y las costillas, habita el Huachalomo. Instala su nido en ese huesudo rincón de la geografía humana, otorgándole una suave textura carnosa. Una vez acomodado mantiene largos períodos de hibernación y se rehusa a desaparecer durante los veranos.

Esto explica que el Huachalomo sea una especie que está muy lejos de la extinción.

A pesar de lo que muchos creen, el Huachalomo no posee vínculos de parentesco con el ya famoso Huachimingo.

Perdido







De utilidad pública: chanchito perdido en el supermercado. Viene de Pomaire y tiene problemas para relacionarse con sus pares que llegan de China o Corea, no sabe de producción industrial ni de neoliberalismo. Ayúdelo a encontrarse con sus raíces.

Amores de Año Nuevo



Siempre pasan cosas insólitas durante la noche de año nuevo. Por lo menos el encuentro amoroso es inminente. En eso estaba, de lo mejor con una chicoca que había conocido bailando en la fiesta. La cosa avanzaba de lo más bien cuando llegó el momento de la verdad.
Calzones amarillos. Sí, tenía calzones amarillos. Para la suerte -argumentó-. No hubo forma de aguantar el ataque de risa que siguió. El problema fue que ella no se lo tomó igual de bien. Mientras yo reía ella lloraba desconsoladamente y por supuesto que mis carcajadas no ayudaban en nada para calmarla.
Afortunadamente, después de muchos tira y afloja, galanteos y palabras bonitas, logramos superar el impás y cumplir con el objetivo propuesto.

domingo, 12 de mayo de 2013

Súper chanchito de tierra



El chachito de tierra es un bichito muy enigmático. Por ejemplo casi nadie conoce algo tan fundamental como su verdadero nombre: Oniscidea. (Si hasta cuesta un poco decirlo).
Menos van a saber que su especie es un suborden de crustáceos isópodos terrestres. Pero eso a él no le importa, porque sabe que aunque lo llamen con distintos apodos como cochinillas de humedad, chanchito de tierra o hasta bicho bolita todos lo conocemos y hasta hemos jugado alguna vez con él.
Precisamente es porque tienen esta increíble cualidad –hacerse bolita- que no deja indiferente a nadie.
A pesar de parecer tan insignificante el chanchito de tierra no se deja intimidar. Es consciente que no es el más agraciado entre los bichos, no ha tenido la suerte de tener magníficos colores como las orugas, ni la organización de las hormigas ni menos la posibilidad de picar como una araña. Pero nada de eso lo inquieta porque él sabe que tiene un súper poder que lo hace especial. El chanchito de tierra no conoce el miedo.
Cómo lo hace se preguntarán, porque a pesar de ser valientes todos sentimos miedo alguna vez.
Fácil, se convierte en bolita.
Convertirse en bolita no es una cualidad muy común y el chanchito de tierra la utiliza a su favor. Puede convertirse en bolita cuantas veces quiera, cuando está cansado rueda para andar más rápido, cuando no quiere mojarse las patas y hasta para jugar con los niños que miran admirados lo rápido que pueden cambiar de forma. Pero cuando más aprovecha su súper poder es cuando siente miedo. Con solo acurrucarse, enroscar sus patas y mirarse la cola todos sus temores quedan fuera de su caparazón y del miedo no se sabe más.
No hay forma de sentirse más seguro.